Análisis técnico de la pasada temporada
NO SE DEBIÓ EMBALAR UN PORCENTAJE DE LO EMBALADO
En la zona norte, brotación heterogénea, baja en cantidad y calidad en la oferta de racimos y programas de reguladores no acordes a la condición. En la zona sur, calibres grandes y bayas de gran peso provocaron sobrecargas frecuentes cuyos desenlaces dependieron de la muñeca del gestor.
El desarrollo de los parrones de brotación a cosecha dependió mucho de la zona de producción. Si revisamos lo ocurrido en las zonas más tempranas, principalmente en la zona temprana y media de Copiapó, la brotación heterogénea determinó que en muchas ocasiones se adaptara una estrategia de reguladores distinta, buscando no afectar o minimizar el efecto en los calibres y la uniformidad de estos.
Si bien hubo pocas horas de frío, creo firmemente que el resultado de la brotación heterogénea fue determinado por las condiciones ambientales del momento en que se decidió aplicar la cianamida hidrogenada. Romper dormancia temprano es siempre detrimental y cuando se le suman otros factores, es aún peor. Una humedad relativa históricamente baja y -en un año especial- asumir que, una estrategia “normal” sería adecuada (dosis/mojamiento efectivo) respecto de la condición de yemas y la maduración de estas, llevaron al resultado obtenido. La acumulación de frío deficiente lleva a que los inhibidores de brotación presenten niveles más elevados y, por consiguiente, una estrategia para año normal será ineficiente.
Las aplicaciones diurnas muchas veces se realizaron con niveles de humedad relativa que iban a afectar la eficacia de la aplicación y luego ocurriría lo mismo con los reguladores en la etapa de crecimiento. Los menores calibres en la zona norte pueden ser explicados -en parte- por aplicaciones bajo condiciones ambientales muy al límite. Otros factores, como la aceleración de los eventos, diseño de raleos manuales, tamaño original de racimos, largo de hombros, etc., completaron los ingredientes para las caídas.
La zona centro sur presentó un escenario muy distinto, o, incluso, absolutamente contrario. Aunque la acumulación de frío -así mismo- no fue ideal, la lluvia abundante y su efecto en homogenizar la humedad del suelo en profundidad, hicieron que la brotación fuera histórica en cuanto a calidad y homogeneidad. Aunque eso nos llevó a algunos problemas posteriores cuando no se tomaron las medidas necesarias en el desbrote temprano y regulaciones de carga.
CANTIDAD, CALIDAD Y CONDICIÓN DE FRUTA
Sin duda, la oferta de fruta en la zona norte tuvo reparos en cantidad y calidad, aunque con manejos adecuados se pudo paliar en parte el problema, una vez que estos manejos se implementaron. En cuanto a condición, el oidio fue un factor a considerar como posterior gatillador de cracking en los casos de control deficiente, en un año en que se debió utilizar estrategias más agresivas para el control de la enfermedad. Esto vale para ambas zonas de producción, aunque golpeó más en la zona centro sur, donde algunos de los programas de control estaban diseñados para un año normal.
En el norte, donde aparentemente existe una presión mayor de oidio, los programas estaban más preparados, porque es un problema permanente. Las lluvias de flor y en cosecha pasaron una cuenta grande a la fruta que colgó por más tiempo esperando la cosecha, la que se retrasó en algunos casos hasta dos semanas. La capacidad de embalaje, frente a cosechas concentradas, fue un factor importante en este retraso, sobre todo desde la primera mitad de marzo. El resultado de las últimas cosechas y su condición en el mercado hablan por sí solas.
LOS FACTORES MÁS RELEVANTES EN EL DESARROLLO PRODUCTIVO
Lo que determinó en buena parte los resultados productivos de la zona norte fueron la brotación heterogénea, baja en cantidad y calidad en la oferta de los racimos, programas de reguladores no acordes a esta condición, movimiento violento de plagas como chanchito blanco, presión de oidio y acortamiento de eventos y, en consecuencia, cosechas rápidas que terminaron temprano.
En el sur, en tanto, se observó brotación homogénea de un alto porcentaje de yemas, abundante oferta de racimos de buena calidad y condiciones extraordinarias en desarrollo de canopias; pero, así mismo, una presión sin precedente de oidio y presión alta de botritis. Las condiciones de calibres grandes y bayas de gran peso provocaron sobrecargas frecuentes cuyos desenlaces dependieron de la muñeca del gestor. Las cosechas fueron concentradas y se embaló bajo presión. También se observaron problemas de terminación y color.
VARIEDADES DE PEOR O MEJOR DESEMPEÑO
Las variedades Sweet Celebration y Allison se consolidaron como las grandes rojas sin semilla bajo condiciones de alto rendimiento en escenarios de sanidad límite. Por otro lado, sorprendieron algunas Timco que -bien trabajadas- provocan que no den ganas de cambiarlas. La noble Red Globe se comportó bien debido a que el conocimiento de sus límites está más claro.
Por el lado de blancas, estuvo bien Timpson y Ivory, cuando se cuidaron las cutículas en esta última. Consolidada la variedad Sweet Globe cuando baila con las 4.000 cajas y Autumn Crisp, en ocasiones mostró colmillos que no habíamos visto. Arra 15, siendo Arra 15, con carácter irritable, pero noble cuando no se abusa. Sable estuvo desenvainada y cortante, despidiendo las últimas Midnight Beauties que de ‘beauties’ nunca tuvieron mucho. Sweet Favors, que de variedad negra a veces tiene poco, y que, por suerte, no se llamó Flavors, sin embargo, siempre amigable, pero de Chacabuco al norte, eso sí.
Deberemos jurarnos que un porcentaje de lo que embalamos esta temporada de las variedades señaladas, no lo embalaremos en la que se viene, ya que el costo que se paga es muy alto.
ÍNDICES DE MADUREZ DE LAS NUEVAS VARIEDADES
Sabemos cuándo tenemos que cosechar las variedades para ser viables y eso debe ser argumento suficiente para los ‘breeders’. Sin embargo, en términos de avances formales, no se ve nada.
