Si bien el año 2015 no ha sido fácil para los cultivadores de esta especie, se espera que la temporada que se avecina entregue de 4% a 5% más de fruta.
Pese a que aún es muy temprano para saber lo que ocurrirá en esta temporada, los expertos sostienen que la producción de uva de mesa aumentaría entre 4% y 5% respecto de la campaña anterior, aunque recalcan que dependerá de lo que pase con el clima en los próximos meses.
Lo que podría ser una buena noticia, hay que mirarlo desde una perspectiva más amplia: en los últimos años la producción chilena ha enfrentado un mercado altamente abastecido, no solo al encontrarse con las producciones tardías de EE.UU. -lo que impacta a las uvas tempranas, especialmente las de Copiapó, que llegan a un mercado donde aún hay fruta-, sino también con una creciente producción peruana.
«En esas condiciones, la única forma de competir es con alta calidad. De lo contrario, se castiga mucho el precio y ante la mayor oferta, los precios se hacen más volátiles. Por lo tanto, son muy fáciles de bajar ante pequeños problemas de calidad o condición», explica Isabel Quiroz, directora ejecutiva de iQonsulting.
Lo que está claro, además, es que a nivel nacional el sector vive una serie de cambios, tanto producto del clima -que aumenta el riesgo de enfermedades, entre otros problemas-, como por la aparición de competencia en las variedades más tradicionales, como la red globe, lo que está llevando a la necesidad de remirar el sector. A ello se enfoca el especial de uva de mesa de El Mercurio Campo (www.elmercurio.com/Campo/Especiales/uvademesa2015/index.aspx?).
En términos productivos, Copiapó, desde donde salen las primeras uvas de exportación, ha tenido un 2015 complejo, comenzando por los aluviones de marzo, que además de provocar pérdidas en la estrucura productiva, elevaron la salinidad de las aguas.
«Pese a que se realizaron lavados de suelos, esta situación ha persistido, pues después de los aluviones volvieron a caer precipitaciones que trajeron las sales de vuelta a los bulbos», explica Carolina Cruz, asesora privada y presidenta de Uvanova.
Además, este año la acumulación de horas de frío no sería la adecuada, lo que ha generado brotaciones irregulares y ha llevado a que muchas de las aplicaciones para el control del oídio -una de las enfermedades predominantes en la Región de Atacama- se retrasaran, incrementado su aparición. La sumatoria de eventos ha llevado a estimar que las pérdidas de producción para la temporada en la región podrían llegar a dos millones de cajas.
Las proyecciones para los productores de más al sur son sustancialmente mejores. En la Región de Coquimbo se espera que el buen clima permita obtener mayores volúmenes de fruta y mayor homogeneidad en la producción. «La temporada se ve más promisoria que la anterior por la mayor disponibilidad de agua. No obstante, la situación de déficit no se ha solucionado, aunque las hectáreas que están siendo manejadas para exportación estarán mejor provistas del recurso», asegura Isabel Quiroz.
Desde la Región de Valparaíso al sur, en tanto, se espera una primavera con un clima inestable, marcado por un aumento de las temperaturas y de las precipitaciones. Esto podría elevar los riesgos de enfermedades fungosas en momentos en que los brotes de las parras se encuentran activos. De hecho, bajo las actuales condiciones, se espera que en las regiones de Valparaíso, más específicamente en Aconcagua, y en la Metropolitana aparezcan brotes de oídio. Más al sur, en la Región de O’Higgins, podrían registrarse casos de enfermedades como mildiú.
Mirando al norte
En los últimos años, Perú se ha transformado en uno de los principales competidores para la uva de mesa chilena, especialmente para la red globe. Quienes conocen el mercado, afirman que el gran plus del país del norte es que es capaz de producir una red globe de buena calidad, con un color más claro que la chilena, y costos de producción más bajos.
«Esto nos pone innegablemente en una desventaja. Así, el negocio de la red globe en el norte se encuentra en entredicho. A partir de eso se podría pensar que el futuro se ve realmente complicado, lo que tendría que llevar al arranque de plantas», dice Manuel José Alcaíno, presidente de Decofrut.
Respecto de esta temporada, la cosecha peruana comenzó la segunda semana de septiembre, y, hasta la fecha, ha avanzado sin mayores problemas. Pese a ello, aún es muy pronto para saber cuál será el volumen y calidad final de la fruta que se obtendrá.
Algo similar ocurre en Estados Unidos. Más luces sobre cómo viene la temporada se conocerían a mediados de este mes. Sin embargo, existen reportes que indican que a la fecha se han producido varias lluvias durante la cosecha.