UN PIONERO DE LA INDUSTRIA DE LA UVA DE MESA CALIFORNIANA MODERNA

Falleció Don Luvisi, una figura muy querida de la viticultura mundial, particularmente conocido en la industria californiana de la uva de mesa, pero también reconocido por su apoyo técnico a productores de países tales como Chile, México, Sudáfrica, Australia, entre otros.

Don falleció el 10 de julio pasado en Bakersfield, California, a la edad de 87 años. Luvisi nació el año 1936 y se crio en el viñedo de su familia en Calistoga, California. Fue siempre un apasionado de la agronomía y profesionalizó sus conocimientos en la Universidad de California, Davis, donde obtuvo sus títulos en horticultura y viticultura.

Su carrera como asesor agronómico especializado en viticultura comenzó como extensionista de la cooperativa de Hanford, California, pero luego se mudó a Bakersfield con su esposa Mickie, localidad donde comenzó una larga y distinguida carrera como extensionista de la cooperativa del condado Kern. Don cumplió ese rol durante 38 años, hasta su jubilación en 1999. Hoy es ampliamente reconocido como pionero de la actual industria de la uva de mesa californiana.

ALGUNOS DE SUS LOGROS

A mediados de los años 80’, Don contribuyó significativamente en la investigación sobre el uso efectivo de giberelinas en el raleo y crecimiento de fruto de las variedades Thompson y Flame seedless, revolucionando la industria. Sus posteriores trabajos con giberelinas, ethephon y anillados potenciaron su rápida adopción en la producción de Flame seedless, Red Globe y Crimson seedless.

Luvisi era muy reconocido como experto en el manejo de postcosecha de la fruta gracias al impacto de su trabajo sobre fumigación de uva de mesa con dióxido de azufre (SO2). En 1987 el SO2 fue retirado de la lista de ‘considerado generalmente seguro’ de la FDA (Food and Drug Administration) debido a lo que se debió continuar investigando y recopilando datos de residuos, así como nuevas pautas de aplicación. En consecuencia, Don participó en los más de 20 estudios anuales que llevaron a la aceptación y conversión de la mayor parte de la industria, desde el método de fumigación tradicional, al sistema de ‘Fumigación de uso total’. Se estima que la reposición de los métodos de fumigación de postcosecha con SO2 evitó la pérdida de entre 40-50% de la producción de uva de mesa, lo que se fue avaluado en entre USD200 y USD250 millones de dólares.

Durante la última década, la carrera de Don se enfocó en la evaluación de patrones para uva de mesa. Portainjertos que fueron desarrollados como respuesta a los requerimientos de los productores que reportaban problemas de replantación en viñedos de segunda y tercera generación, debido a la acumulación de nematodos fitoparásitos. Así mismo, Don Luvisi condujo más de una docena de ensayos a diez años plazo, evaluando el desempeño de variedades comunes de uva de mesa sobre esos portainjertos, lo que resultó en directrices para su correcto uso por los viticultores. De esa forma, el uso de patrones resistentes a plagas o enfermedades de suelo pasó a ser el estándar de la industria de la uva de mesa global hasta el día de hoy.

Luego de su retiro en 1999, Don se mantuvo activo y por muchos años continuó su trabajo como agrónomo emérito. A principios de los 2000, tuvo gran influencia en la implementación del proyecto que desarrolló y probó el programa de manejo de área amplia para el control de la Chicharrita de alas cristalinas (Homalodisca vitripennis), un vector de la devastadora enfermedad de Pierce, que aniquila las vides. El grado de conocimiento de la industria de las uvas de Don, combinado con las relaciones personales que desarrolló durante su vida resultó invaluable para consolidar este proyecto altamente exitoso y todavía efectivo.

La pasión de Don por el progreso de la industria de la uva era insuperable y contagiosa. Con toda una vida de experiencia que ofrecer, fue generoso a la hora de formar nuevas generaciones de asesores agronómicos y viajó largas distancias, hasta avanzada edad, para compartir información técnica y apoyar a productores de todo el mundo. Más allá de sus actividades profesionales, Don gustaba de compartir con familia y amigos y dedicaba sus esfuerzos al desarrollo varietal de sus amadas orquídeas en su invernadero.

El legado de Don no solo se compone de las investigaciones del pasado y de todos los productores a los que ayudó a lo largo de su vida, sino que también de su gentileza y las incontables relaciones que cultivó dentro y fuera de la industria de la uva de mesa de California a Australia o de Chile a Grecia. La industria global es una gran familia interconectada y en ella muchos hemos sido tocados por la sabiduría de Don Luvisi.

Don Luvisi es un gigante de la industria que nunca será olvidado.

Jennifer Hashim-Maguire, Auscal Viticulture PTY

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